laSellada

FÚTBOL Estudio,Investigación y Análisis.

febrero 21, 2006

La figurita

¡Que pena! A menudo nos encontramos con equipos de Juveniles entrenando sobre el albero mojado, con el balón frenándose en los charcos de agua, y con el cielo llorando a chorros. Pero esto no es lo que duele. Lo que duele de verdad es ver la seriedad en sus rostros, la falta de alegría al practicar, el venir a entrenar por obligación y no por placer.

Alguien dijo que "el resultado del partido de hoy y la ubicación en la tabla de posiciones es fruto del trabajo que se realiza desde hace 5 años; el trabajo y el entrenamiento que hacemos hoy, lo podremos disfrutar dentro de 5 años". Seguramente, los plazos son arbitrarios, podrán ser 2, 5 o 10 años, pero esto no es relevante. Lo importante es el concepto.

Que el sentido común no es, generalmente, el más común de los sentidos, lo sabemos. Pero vale la pena preguntarnos a nosotros mismos, Entrenadores, que actitudes tomamos para insertar el concepto antedicho en nuestro fútbol.

Intentemos ser asertivos para convencer, empatizarnos con nuestros interlocutores y, por sobre todas las cosas, hacer disfrutar a nuestros jugadores, pues la alegría que ellos transmitan será la nuestra propia. ¡Nos lo merecemos!

febrero 20, 2006

Nuestra Metodología

La profesión del Entrenador requiere, como cualquier otra profesión, la capacitación constante, la actualización continua y el afán de superación inquebrantable por parte del involucrado, tanto a nivel de metodologías de trabajo como a nivel de los diferentes aspectos que envuelven al Fútbol.

Si ya hablamos de metodologías, nos planteamos a menudo cual sería la más adecuada a nuestra realidad. Que si el entrenamiento integral, que si el global, que si el específico, ahora también definimos el estructurado, y así seguiremos indefinidamente por la propia dinámica del deporte.

En la conferencia de Donegal (Irlanda) para Entrenadores de divisiones juveniles, un asistente nos preguntó: Para usted, ¿Cuál es la mejor metodología para trabajar con los jugadores?”. La pregunta nos pareció demasiado importante y concreta como para explayarnos en demasía con la respuesta, por lo que, intentando no pecar de inmodestos, le contestamos: “La mía. Y para usted, ¿cuál es la mejor?”. Nuestro amigo intentó no tartamudear, pero fue tanta su sorpresa al no esperarse tal respuesta, que esta situación evitó que se diera cuenta que nos habíamos -en ese preciso momento- definido una nueva concepción metodológica en nuestra carrera de Entrenador, después de 15 años en los campos de juego.

A diario nos topamos con situaciones que avalan lo que dijimos entonces. Entrenadores que logran grandes éxitos en sus países de origen, son contratados en otros y no los repiten. Dentro de un mismo país, pueden existir diferentes concepciones futbolísticas según la región, y aún más, equipos de la misma región, pueden llegar a sentir el fútbol o conceptualizarlo de diversa manera.

A cualquier Entrenador que llega a trabajar a un medio que no es el suyo, nunca le faltan los “allegados” que lo aconsejan: Mister, en Roma hay que comportarse como un romano”. Y en esta frase tan sencilla, se oculta gran parte de la diferencia entre el éxito y el fracaso de un Entrenador. En su capacidad de adaptación a un nuevo entorno, a jugadores con características diferentes a los que estaba acostumbrado a trabajar, a nuevas costumbres sociales, idioma, hábitos culturales, alimenticios, religiosos y otros, se encuentra una porción importante de la clave para lograr sus objetivos, manteniendo los rasgos de personalidad que lo han llevado al puesto.

Nos contaba un Entrenador a su regreso de trabajar en un país del Golfo Pérsico, que en toda sesión de entrenamiento, oía una sirena proveniente de una mezquita cercana, y el jugador dejaba todo lo que estaba haciendo en el campo y comenzaba un rezo de 30 minutos. Como ejemplo resulta válido para mostrar que existen factores locales que se convierten en imprescindibles a la hora de la planificación de un trabajo en un medio que no es el conocido.

Del mismo modo, podemos mencionar otra situación que se da frecuentemente: Entrenadores, que son contratados en otros países, solicitan la contratación de jugadores que ya han trabajado con él en otros equipos, lo cual les permite no desprenderse repentinamente del bagaje de experiencias que poseen y que le han llevado al éxito en otras latitudes. Lógicamente, esto puede retrasar su aclimatación al nuevo entorno. En ellos y en su habilidad para conocer rápidamente donde se encuentran, se apoyarán sus logros futuros.

De estas realidades podemos deducir que existen numerosos parámetros a considerar, los cuales nos ayudarán a definir nuestra metodología de trabajo a donde sea que vayamos. Por lo tanto, cuando definimos nuestra metodología (y cada Entrenador debería definir la suya propia), sea de trabajo en general o sea de entrenamiento en particular (el Entrenador posee otra funciones además de entrenar!), concluimos un ejercicio cognoscitivo elaborado por nosotros mismos como Entrenadores, para el cual debemos nutrirnos de gran cantidad de información de alto grado cualitativo. Investigar por nosotros mismos y contar con fuentes fiables es parte del proceso.

Creemos en el Entrenador autodidacta, investigador, inquieto, que no se conforma con lo que han investigado otros, que posee capacidad de análisis, y que no se escuda en el argumento simplista de que todos los resultados dependen de los jugadores que tenga. El Mclaren de Raikkonen era más rápido que el Renault de Alonso, pero ganó el mejor conductor. Todo debe conjugarse para lograr el éxito. Entrenador sin jugadores difícilmente triunfará, pero jugadores sin un conductor y líder, dudosamente lograrán ser exitosos.


Afirmamos convencidos que la propia metodología de un Entrenador ciertamente se podrá fundamentar sobre la base de todas las ya conocidas a nivel masivo, y además, sobre las que descubrimos en el intercambio continuo de conocimientos y experiencias con otros profesionales colegas. Cada una de ellas nos podrá ser de utilidad en ciertos momentos o circunstancias, y es aquí donde la visión del Entrenador en aprovechar de cada una de ellas lo adaptable a su planificación o realidad del momento, lo hará portador de una mejor oportunidad para triunfar.-

febrero 19, 2006

Transición

De la conferencia dictada en Donegal, Irlanda, Agosto 2001.

Cuando nos planteamos la pregunta “¿Qué es el Fútbol?”, cada uno de nosotros podemos dar una definición diferente, basada en nuestros conocimientos y experiencias, y todas ellas con suficientes argumentos para convencer a cualquiera.

Sin embargo, existen realidades claras y rotundas que nos permiten aseverar que La Transición –la cual definiremos y profundizaremos en ella más adelante- es lo que marca la diferencia de un equipo a otro; o mejor dicho, la capacidad para realizar las diferentes transiciones de una fase a otra de la mejor manera en un partido, es lo que define la suerte de un encuentro.

Sabemos que el Fútbol es una mesa que se apoya sobre cuatro patas –la técnica, la táctica, la preparación física y lo psicológico- (*), que interactúan soportando unas a las otras y todas entre sí. Como Entrenadores, podremos decidir si queremos una mesa construida de la mejor madera o de otra de menor calidad. ¿A quien no le gustaría tener en su casa el mobiliario de la mejor madera de caoba? Creo que la respuesta es obvia.


Sin embargo, la dinámica del fútbol nos lleva a pensar que no siempre tenemos los medios –sean cuales sean- para contar con una madera tan cara y de tan estupenda calidad. A menudo, tenemos que construir mesas de pino silvestre y pintarla del color de la caoba, y continuamente cuidar que no se despinte.

En el Fútbol ocurre lo mismo. Si no tenemos caoba, ¡pues inventemos algo para parecernos a la caoba!.

A nuestros jugadores les decimos habitualmente que son los mejores con los que podíamos contar, aunque interiormente podamos dudarlo. Si son de caoba, fantástico: tenemos resuelto gran parte de nuestros problemas. Si no lo son, tendremos que “pintarlos” para que resulten lo más parecidos a lo que quisiéramos. Para ello, el trabajo para construir las 4 patas de la gran y pesada mesa del fútbol, será arduo, difícil pero desafiante para nosotros. continuará........

(*) no incluimos el aspecto reglamentario, sabiendo que debe estar permanentemente presente en todos los procesos de entrenamiento y juego.

La frase

"Lo que yo pretendía era crear un sistema de juego en que todos los diez jugadores sobre el terreno de juego atacaran todo el tiempo.......¡aunque no se encontraran en posesión del balón!

(Rinus Michels en "Pressing Fútbol")

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