laSellada

FÚTBOL Estudio,Investigación y Análisis.

agosto 19, 2021

Seis pérdidas de balón en 42"



Alternancia en la Posesión del Balón. Con tanto tiempo dedicado a ejercicios de posesión durante la semana, siempre desde los apoyos y la precisión en los pases, intentando que los despejes sean lo más orientados posible y con muchas aperturas de líneas de pase, aún así, suceden lapsus de incongruencia con lo entrenado. 

"La repetición es la madre de la Técnica; la repetición INTELIGENTE es la madre de la Táctica".

agosto 09, 2021

"Regulate the Irregular, Balance the Imbalances"



(article translated from the original "Regular lo Irregular, Equilibrar los Desequilibrios" published in #Linkedln)

Football Coaches focus our efforts on getting the objectives for which clubs or National teams call us.
However, within the planning of training sessions and that periodization to which the preparation of our teams and players is subjected, we set weekly goals and punctual aims in the games, which is where the work done during the week is reflected.
A football game is an infinite source of information, from where a suitable and convenient selection of the most relevant data helps us to focus on what we consider to be important.
Starting from the above, REGULATING THE IRREGULAR requires a deep study of each situation and the detection of tactical behaviors that deviate from the essential concepts transmitted to our players and that we aspire to be maintained over time. These deviations in performances are common due to the variables that appear in a game; our weekly objective is that these irregularities are minimized and be prepared for others that may come from opponent´s actions.
During a match, we can have little influence on our footballers who are surrounding the ball, but we can do so in tasks of prevention of actions after the one that is taking place at a precise moment. BALANCING THE IMBALANCES, when the compensatory movements are not executed according to the situation that demands them, when the urgency to score a goal or avoid receiving it leads us to a disorder that does not benefit our team in the following own or rival movements.
In short, BEFORE a game, PREPARE it; DURING the match, CONTROL it; AFTER the game, EVALUATE it. Simple processes that require analysis, decision making and subsequent execution.

Reflexionar desde atrás: ¿ES UN CUENTO LA POSESIÓN? Los JJOO

“Defender desde la posesión”, “Si la tenemos nosotros, no la tienen ellos”, “La mejor defensa es un buen ataque”, etc, etc, etc.

Todos estos lemas que inundan los discursos de profesionales y otros no tanto, nos devuelven a lo perogrullesco que en el fútbol hay que defender cuando el equipo no tiene la pelota y atacar cuando la tiene. Tan sencillo como dar un pase con el borde interno y no tan fácil como hacer una entrada a tiempo.

Quizás estos dogmas de la posesión han facilitado la tarea de los Entrenadores (en especial de los Formadores) a la hora de incluir en sus planificaciones las técnicas defensivas y movimientos tácticos cuando hay que recuperar el balón.
Antes se buscaban laterales que supieran marcar, entrar, cerrar, para luego intentar progresar en el campo como partes de un bloque. Hoy se buscan laterales que prioritariamente ataquen, que doblen por fuera y lleguen hasta la línea de fondo. Inclusive se cambian simultáneamente dos laterales en una final olímpica buscando, quizás, entrar más por bandas o simplemente, controlar los movimientos de rivales por los carriles laterales. ¿Buscar marcar gol, no encajarlo, o ambas? Vaya uno a saber.
Los defensas centrales pasan a la historia por sus goles (en porterías rivales) más que por su contundencia a la hora de defender o por su comprensión del juego. A los únicos que –por ahora- se los identifica más en sus tareas defensivas que en sus apoyos ofensivos son a los medios centros, llamados pivotes. Hasta llama la atención cuando un delantero centro presiona sobre la salida del balón del adversario.
Las técnicas defensivas no son las que más les apetece enseñar a los Formadores de hoy. Basta con ver entrenamientos de los jóvenes. Se les instruye más de como posicionarse colectivamente para cerrar espacios que a perfeccionarse en sus técnicas defensivas. Lo táctico sobre lo técnico. Hoy se “impone” el tocar, tocar, tocar, control y pase, tocar, tocar, tocar, y a veces tirar a puerta. Ahora, en algún momento se perderá el balón, ¿no?
Los JJOO también han mostrado y demostrado que la contundencia en defensa, en duelos individuales, en luchar por la pelota ante un oponente que tiene su dominio, en evitar que nos rematen dentro del área, tienen cada vez más vigencia. ¿Revisionismo? No, simplemente realidades.
La posesión no es un cuento; es cuantificable. La posesión es un medio, no un fin. La posesión no garantiza triunfos, ni tampoco provoca derrotas. La posesión garantiza pensar más en el balón que en el adversario. Para reflexionar...................

Medallas en Valores

En tiempos de Juegos Olímpicos, se reabren los debates y las discusiones acerca de expectativas colmadas, éxitos y fracasos.

¿Cuáles son los parámetros que miden logros o decepciones? ¿Es suficiente pregonar que el resultado no es lo más importante sino que lo es el competir? ¿Hasta qué punto los principios formulados por el  Barón Pierre de Coubertin en su concepción del Olimpismo son reales y se transfieren a otras competencias de orden mundial?

“Por el bien del juego”, “Respeto”, “Juego Limpio” o “No al Racismo” son slogans que la FIFA maneja hace años y que resultan ser una proyección de los principios generales del olimpismo sobre los particulares del fútbol.

Los intereses comerciales, los patrocinios y la participación de deportistas profesionales en los JJOO han reformulado esta filosofía de vida, y la han relanzado hacia una nueva era. Sin embargo, aún perduran valores “patrióticos” que se mantienen a lo largo de la historia del deporte, sea cual sea la disciplina, sea cual sea la competencia; ellos son los compromisos que los deportistas asumen con sus banderas, con sus historias, con sus antecesores.

Un ejemplo es nuestro Uruguay natal, donde los éxitos mundiales fueron y son fundamentalmente en fútbol. Desde las medallas en los JJOO de 1924 y 1928 y las campeonatos mundiales de 1930 y 1950, el fútbol uruguayo está condicionado por esa historia áurea en cada competencia en la cual participa.

A los uruguayos, hasta hoy la historia nos exige, nos apretuja entre el honor y el orgullo de entonar el himno nacional, entre el compromiso y la obligación de lograr el éxito. Antaño, ser campeón era lo único que valía, y no serlo era sinónimo de fracaso y depresión.

Las profundas investigaciones y reflexiones de sociólogos e historiadores del deporte, dejan en evidencia la evolución de las sociedades en todos los continentes. Esta evolución no garantiza el éxito en todo campo de actuación, pero sí nos muestra y demuestra que buscar la perfección en el deporte no siempre lleva a la excelencia. Simplemente con comprender que hay que tender a ser excelentes, tenemos gran parte del éxito a mano. Otra cosa es lograrlo.

Vivimos en Europa desde hace años e incursionamos por otros continentes. Otras costumbres, otras culturas, otros hábitos, pero experiencias comunes. Consagrarse en segunda posición en una competencia internacional y quitarse del cuello  la medalla en la ceremonia de clausura, podría considerarse como una infravaloración por lo logrado, aunque son pocos (o quizás muchos) los que lo podemos comprender. Nuestro tránsito por el mundo nos proporciona un espectro de vivencias al respecto. La frustración por no alcanzar lo que tanto se anhela, revela las raíces de cada atleta y su destino. Esto no constituye el resultado de ningún estudio psicológico, sino tan solo un reflejo de experiencias vividas y reacciones que seguramente podrían ser revisables.

Seguimos aprendiendo de los JJOO. Disfrutamos y nos emocionamos. La alegría que experimentan los mejores deportistas del mundo al obtener una medalla de plata o bronce nos conmueve, y eleva a categoría de autocrítica la obsesión por la victoria en sí misma, más que por el camino recorrido para lograrla.


Las medallas traducen valores; intentar alcanzarlas es un estilo de vida.

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