Historias
"Se ha hablado de mi influencia hipnótica sobre los jugadores. Dejemos las fuerzas magnéticas de lado, mi influencia psíquica se basa ante todo en la justificada confianza que los hombres de mi equipo tienen en mí. Confieso, sin embargo, haber abusado de esta confianza en alguna ocasión: por ejemplo, cuando entrenaba al Stade Français y media hora antes de que diera comienzo un importante partido, uno de mis defensas se me presentó para decirme que no podía jugar porque tenía treinta y ocho grados de fiebre. Yo no tenía a nadie para sustituirlo.
-¿Treinta y ocho grados de fiebre?- le dije-. ¡Formidable! Todos los grandes atletas baten las marcas cuando tienen fiebre! ¡Es estupendo! ¡Harás el mejor partido de tu vida!
-Pero es que me está subiendo….
-Nada, nada, con treinta y nueve jugarás mejor.
Y así fue."
Helenio Herrera
-CANCHAS Y SUPERSTICIONES-
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