La frase

"Tarda mucho en hacerse un entrenador -no es flor de un día-, pero no es tiempo perdido esta tardanza, porque la madurez, la plenitud, el estar en sazón, el ser por entero entrenador de fútbol, está jalonado de muchas idas y venidas, de muchos experimentos que cuajaron o que resultaron baldíos, de muchos éxitos que le llevaron a "ser el mejor" de aquella temporada y de los fracasos que acentuaron su "no ser tan bueno del todo". Es la historia de siempre, la del subir y la del bajar del pedestal al que lo mismo encaraman que derriban, quienes únicamente evaluarán los resultados finales espectaculares como medida de todas las conductas".

(Santiago Coca en "Los entrenadores de fútbol")