La figurita

En la entrega sabatina de hoy, deseo hablar sobre los equipos filiales.

El discurso de siempre: crear un filial que permita preparar a jugadores para el salto al fútbol de categoría superior, sea profesional o no.

El concepto es interesante, siempre y cuando el club no se aparte de ese objetivo. No es poco frecuente ver chavales jóvenes con desarrolladas condiciones que perduran en el tiempo en un filial, sin tener la posibilidad de acceder al primer equipo. ¿Y cuándo acceden? Cuando la primera plantilla está plagada de lesionados, suspendidos, o, en el mejor de los casos, cuando han dado la temporada por terminada y deben obedecer a un calendario para terminar la liga, citan a los jugadores del filial para descubrirlos y mostrar el trabajo de la cantera.

Todo es válido, compartiendo o no, viéndolo desde diferentes ópticas los distintos interesados. Los apuros por campeonar, ascender a liguillas, ascender, clasificar para ligas continentales, mantener la categoría y otras, hacen que se opte por jugadores con cierto bagaje de experiencia en el fútbol, o superdotados que aparecen de a ratos (ver artículo sobre Metodología).

Por otro lado, la integración al filial de jugadores mayores, ¿qué beneficio otorga al club? Pues seguramente la respuesta estará en los objetivos de la Secretaría Técnica; en este caso, hablamos de definición de cantera en otros términos.

¿Y los Entrenadores? ¿Cómo se sentirá el Entrenador que está peleando el ascenso de un filial y de repente el Mister del primer equipo le quita algún jugador importante para completar la lista de convocados para su próximo encuentro de liga? ¡Oh, que decepción!
Pero cuando entrenamos un filial, sabemos que eso puede ocurrir. Son las leyes del juego.

Nos queda pendiente de donde provienen o de donde conviene más que provengan los jugadores para un filial. Pero esto ya es otra historia…………