La FIFA se
ha perdido una gran oportunidad
por Maor Rozen
Que la conducta de Luis Suárez es reprobable,
inaceptable y punible de sanción, a nadie le puede caber duda. Sin embargo, la
sanción abultada que ha recibido el jugador por su incidente con Chiellini
(siguiendo la trayectoria de los Tassoti, Materazzi, etc) deja a los jugadores
expuestos a descubrirse todos los errores y horrores conductuales que los que
jugamos al fútbol, sabemos que ocurren durante un partido de fútbol,
especialmente a este nivel mundial.
Las sanciones son eso mismo, sanciones.
Encarcelar a un ser humano no implica simplemente, o no debería implicarlo, su
alejamiento de la sociedad grande para insertarlo en una micro sociedad, en las
cuales sus fines se orientarían a una rehabilitación para la reinserción en el
mundo exterior.
En este caso de Suárez, la sanción es solamente
una sanción, que no conlleva una acción rehabilitadora, únicamente una sanción “castigadora”.
La FIFA está en las antípodas de ser una ONG o
una organización dedicada a la caridad o a la rehabilitación de seres humanos
con patologías diversas (léase drogas, desordenes sexuales, alcoholismo, etc.).
No olvidamos como mueren grandes glorias del fútbol mundial en condiciones
paupérrimas sin recibir un reconocimiento acorde a lo que han brindado al
deporte universal.
Sanciones que incluyan acciones sociales, humanitarias
y otras que reditúen en la corrección de desordenes conductuales de deportistas
y en este caso específico de futbolistas, acompañando las sanciones económicas
y de suspensiones en términos de partidos o tiempos, ayudarían a recuperar ídolos
de nuevas generaciones y mostraría que existen otras formas para transformarse
en ejemplos para los jóvenes. La rehabilitación real de un deportista es un
ejemplo que muestra y demuestra que siempre existe un mañana mejor.
Una pena los términos de la sanción de la FIFA,
castigando un error de un jugador reincidente, pero que su conducta sigue sin
solucionarse. Estamos esperanzados, por el fútbol, el deporte y por la vida
misma, que Luis Suárez tenga la fortaleza mental de sobreponerse a este mazazo,
pero en especial, a buscar ayudas para encontrar la solución a sus reacciones
fruto de situaciones de provocación que ocurren desde siempre dentro de un
campo de fútbol. Que sea fuerte y tenaz, y que estas facultades lo guíen por el
camino deseado para él y para todos los futbolistas que nacen y se crían en la Universidad
de la Vida, donde las corbatas y los lujos provienen de su esfuerzo, sacrificio
y humildad. Y que la FIFA no se arrepienta con el tiempo de haber perdido otra
gran oportunidad “For the Good of the Football”.-
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